Almacenes automatizados: sumar espacio y reducir tiempos
Los almacenes automatizados son instalaciones logísticas donde la gran mayoría de movimientos y operativas se realizan de forma automática, con la ayuda de equipos de manutención como transelevadores, transportadores o electrovías.
Vivimos en un mundo globalizado, en el que la logística 4.0 impera y en el que las empresas necesitan reducir costos y agilizar operativas para ser más competitivas. Muchas se plantean la posibilidad de automatizar procesos con el fin de disminuir el riesgo de equivocaciones y aumentar la productividad.
En este artículo veremos las ventajas que proporcionan los almacenes automatizados y qué cuestiones deben considerar las compañías que se estén planteando dar el paso de incorporar equipos de manutención automáticos para potenciar sus cadenas de suministro.
Ventajas de los almacenes automatizados
Los almacenes automatizados son soluciones que permiten gestionar, optimizar y agilizar los procesos de almacenaje, preparación y expedición de todo tipo de productos. Por ello, un gran número de compañías recurren a los almacenes automatizados para beneficiarse de:
- Productividad y alta disponibilidad. Los almacenes automatizados proporcionan unos flujos continuos e ininterrumpidos de entrada y salida de mercancía. Los equipos de manutención están disponibles 24/7.
- Economía de costos laborales. Los equipos de manutención se encargan de manipular la mercancía de modo automático. De esta manera, conductores, preparadores y administrativos pueden dedicarse a otras operativas que aporten más valor.
- Disminución de los costos de mantenimiento. La manipulación automática de la mercancía disminuye los impactos y el desgaste de los equipos de manutención empleados por un uso indebido.
- Seguridad del personal. Los almacenes automáticos están concebidos para minimizar la presencia humana. Como resultado, los operarios están más protegidos y sus puestos de trabajo son mucho más ergonómicos.
- Seguridad de la mercancía. La inaccesibilidad de la carga ayuda a que se mantenga en perfecto estado: la mercancía no se pierde, rompe ni estropea.
- Inventario permanente. Todo almacén automático cuenta con un sistema de gestión de bodegas que identifica y controla el stock en tiempo real. Con el histórico de movimientos puede llevarse a cabo un estricto control de la trazabilidad de los productos.
- Aprovechamiento del espacio. Esta solución optimiza la superficie disponible con el propósito de ofrecer la mayor capacidad de almacenaje posible. Los almacenes automáticos son flexibles y se adaptan a las particularidades de cada edificio. Al mismo tiempo, son escalables y pueden ampliarse si las necesidades así lo requieren.
Antes de automatizar un almacén y obtener todos estos beneficios, es preciso contar con el asesoramiento de un especialista. Este debe analizar las necesidades de la empresa y los condicionantes y especificidades de su instalación logística con vistas a encontrar la mejor solución para cada caso. Mecalux acumula una larga experiencia automatizando almacenes por todo el mundo.
Datos a considerar antes de proyectar un almacén automatizado
Antes de poner en marcha un almacén automatizado, lo primero que hay que hacer es considerar los objetivos que se marca la empresa: ¿qué necesidades tiene?, ¿qué mejoras busca?, ¿cuáles son sus perspectivas de crecimiento futuro?
Una compañía puede automatizar un almacén ya existente, sustituyendo los sistemas de almacenaje tradicionales por unos automáticos (con transelevadores y transportadores que gestionen la mercancía en vez de los operarios) o poner en marcha un nuevo almacén automático desde cero.
La diferencia entre las dos opciones radica en que, al construir un nuevo almacén automático, se puede plantear la posibilidad de que sea autoportante. Esta solución aprovecha todo el espacio disponible para proporcionar una mayor capacidad de almacenaje. Al automatizar un almacén ya existente, la compañía está condicionada por el espacio de que dispone, la distribución del almacén y la organización de las operativas.
Sea cual sea la opción elegida, lo primero que hay que hacer es analizar algunos indicadores sobre la actividad de la compañía:
Mercancía
Es el principal activo de la compañía, de ahí que deba estudiarse en profundidad:
- Unidades de carga que se emplean (estibas o cajas).
- Dimensiones y peso de los productos.
- Cantidad de productos almacenados.
- Número de referencias que hay que ubicar y sus particularidades.
- Características de la mercancía (resistencia, sensibilidad al fuego o a la humedad, etc.).
- Nivel de demanda y rotación.
Con todos estos datos, se puede decidir cuál es el sistema de almacenaje idóneo y definir las dimensiones de las ubicaciones. Asimismo, el jefe de almacén también puede hacerse una idea sobre cómo será la operativa y qué zonas de trabajo deberá habilitar.
Espacio
Cuando la instalación automática se proyecta aprovechando un edificio previamente existente, habrá que analizar exhaustivamente algunas de sus particularidades:
- La forma del edificio y sus dimensiones.
- Las características o limitaciones relativas a los accesos, suelos, ventanas, pilares, etc.
- La resistencia del suelo.
- La normativa constructiva de la zona en la que se halla el edificio.
- La obligatoriedad de efectuar cálculos sísmicos.
Con esta información, la empresa suministradora de los sistemas de almacenaje puede diseñar las estanterías con la resistencia adecuada y, sobre todo, asegurarse que se aproveche cada milímetro disponible a fin de lograr la mayor capacidad de almacenaje posible.
Equipos en uso
Si ya contamos con estanterías y equipos de manutención, deberemos tener presente:
- Dimensiones de las estanterías, cantidad y capacidad de carga.
- Características de los equipos de manutención que se utilicen como, por ejemplo, su altura máxima de elevación y capacidad de carga.
- La predisposición para adquirir nuevos equipos en el almacén.
Estos datos determinan la necesidad de instalar nuevos equipos, las eventuales limitaciones y, al mismo tiempo, sirven para analizar la posibilidad de ampliar la capacidad de almacenaje.
Flujos y rotación
Contempla el tamaño y la distribución del almacén, así como la forma en la que las distintas operativas se desarrollan en la actualidad:
- Cómo son las entradas (con qué frecuencia y volumen).
- Cómo se manipula la mercancía.
- Cómo es la preparación de pedidos (cantidad y número de líneas para cada uno de ellos).
- Cómo son las salidas (cómo se clasifican los pedidos, con qué frecuencia y cantidad).
Con todos estos datos y a partir del análisis apropiado de los mismos, se puede dar con la solución más adecuada: automatizada o tradicional. Las empresas con un flujo elevado de entradas y salidas, por ejemplo, suelen recurrir a la automatización por la enorme agilidad que proporcionan los transelevadores y transportadores. Por el contrario, empresas con un menor ritmo de trabajo suelen decantarse por soluciones no automáticas.
No existe ninguna regla exacta que determine qué sistema de almacenaje puede resolver mejor las necesidades de una empresa. La solución óptima es aquella que responde a los requisitos y condicionantes de cada caso específico.
Sistemas de almacenaje en almacenes automatizados
Analizar las especificidades de los sistemas de almacenaje es un buen punto de partida para tomar una decisión. Para empezar, dividiremos los sistemas de almacenaje automáticos en dos grandes bloques: con acceso directo (la mercancía es directamente accesible desde los pasillos) o por compactación (la mercancía no es tan fácilmente accesible, pero se aprovecha mejor el espacio del almacén). Cabe destacar que no son excluyentes, sino que pueden convivir en un mismo espacio.
Sistemas con acceso directo
Un almacén tradicional puede automatizarse con relativa facilidad mediante una configuración formada por estanterías selectivas de simple y doble profundidad, acompañadas por transelevadores trilaterales automáticos. Una de las particularidades de estos equipos de manutención es que se adaptan a cualquier almacén que ya se gestione con montacargas trilaterales manejadas por operarios. Así pues, su implantación es sencilla en almacenes previamente existentes, al no tener que modificar la estructura. Un último punto a favor que subrayar es que la inversión se amortiza rápidamente.
Si, en cambio, tenemos la posibilidad de construir un almacén automático desde cero, lo habitual en este caso es optar por transelevadores para estibas (no trilaterales). Estos equipos pueden instalarse en almacenes de mayor altura (el modelo MT-5 de Mecalux puede alcanzar los 45 m), obteniendo así una mayor capacidad de almacenaje.
Sistemas por compactación
Los sistemas por compactación son bloques de estanterías que aprovechan la superficie al máximo con el fin de proporcionar la mayor capacidad de almacenaje posible, aunque a costa de no poder acceder directamente desde el pasillo a una parte de la mercancía. Los sistemas de almacenaje compactos típicos de los almacenes tradicionales son: las estanterías compactas drive-in, las estanterías dinámicas, las estanterías push-back y el sistema Pallet Shuttle.
Cuando pasamos a almacenes automatizados, tan solo las estanterías dinámicas o el sistema Pallet Shuttle pueden automatizarse por completo. En ambos casos habría que incorporar un transelevador encargado de manipular la mercancía e introducir y extraer las estibas de sus ubicaciones correspondientes. Y, en caso de optar por la configuración de Pallet Shuttle, se utilizaría el modelo Pallet Shuttle automático, que no requiere de la presencia de un operario para su funcionamiento.
Con un almacén compacto automatizado se aprovecha mucho mejor el espacio, pues se obtiene una mayor capacidad de almacenaje en relación a las estanterías de simple o doble profundidad y, al mismo tiempo, se gana en rapidez. Aunque como pasa con todos los sistemas compactos, este tipo de soluciones solo son factibles cuando no hay una excesiva variedad de referencias.
Hacia un almacén automatizado
Si te estás planteando automatizar tu almacén, te aconsejamos que busques el asesoramiento de personal experto capaz de guiarte y proponerte la solución más adecuada.
En Mecalux tenemos una amplia experiencia poniendo en marcha almacenes automáticos para empresas de todo tipo de sectores. Por ejemplo, la compañía fabricante de componentes electromagnéticos SMA Magnetics pidió a Mecalux que automatizara su almacén en Zabierzów (Polonia) mediante transelevadores trilaterales que efectúan las entradas y salidas de las estibas de sus ubicaciones.
Otras compañías recurren a Mecalux para poner en marcha nuevos almacenes automáticos que ayuden a consolidar su crecimiento. Ese sería el caso de la empresa logística brasileña Iceport. Esta compañía necesitaba reforzar su posición en el mercado latinoamericano y potenciar el crecimiento experimentado en los últimos años, por ello decidió construir una cámara de congelación de gran capacidad. Mecalux erigió un almacén automatizado autoportante que opera a una temperatura constante de -28 ºC.
El tamaño de tu almacén, el número de estibas que se van a mover, los turnos de trabajo y, en definitiva, tus necesidades son factores decisivos a la hora de diseñar un almacén automatizado. No dudes más, contacta con nosotros para que encontremos la mejor solución para ti.